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Scherer habría extorsionado a Miguel Alemán Magnani

 

En la carta publicada recientemente por Julio Scherer Ibarra en Proceso, el ex consejero Jurídico de la Presidencia señala que Olga Sánchez Cordero, entonces secretaria de Gobernación, presentó una serie de “fabulaciones” respecto a su relación con una serie de despachos de abogados, uno de los cuales es el encabezado por Alonso Rivera Gaxiola.

Quien fuera uno de los hombres más cercanos al presidente López Obrador reconoce también que en diferentes momentos de su actividad profesional trabajó en este despacho (así como en el bufete de Juan Araujo, hoy señalado por el caso Juan Collado). Incluso nos recuerda que todo eso puede comprobarse en su currículum vitae. Como puede verse en la imagen, Scherer ha sido socio del despacho de Araujo, el de Rivera Gaxiola y el de Ferráez, Benet, Segovia e Igartúa.

 

En la polémica carta publicada el domingo, Scherer Ibarra asevera que la hoy presidenta del Senado pretendió en su momento infamarlo al “insinuar que hizo de la cercanía y el servicio al gobierno un muy redituable e ilegítimo modo de vida”, y él mismo menciona como parte de esa historia el nombre de Miguel Alemán Magnani, nieto del ex presidente Miguel Alemán Valdez, para asegurar que el empresario se acercó a su oficina para tratar de salvar la quiebra de Interjet.

Dentro de las muchas cosas que no cuenta Scherer, sin embargo, es el trato que le dio al caso, probablemente una de las razones por las cuales terminó por perder la confianza del presidente López Obrador.

Y es que desde hace tiempo ha circulado entre algunos empresarios, abogados y altos funcionarios de este gobierno –incluido el presidente– una cotización en la que uno de los socios más cercanos a Scherer, el abogado Rivera Gaxiola, pretendía cobrarle a Alemán Magnani 40 millones de dólares a cambio de poner en orden a la empresa, ayudarle a resolver su situación fiscal y sacarlo del enredo legal en el que estaba.

La cotización –de la cual me fue entregada una copia–, presenta una cifra tan extravagante para cualquier bufete jurídico, que dejó la firme impresión de que el ex consejero jurídico estaría implicado en una trama de corrupción y tráfico de influencias similar a la que ya se ha denunciado en el caso Juan Collado, misma que podría repetirse en otros como el de Cruz Azul, Inés Gómez Mont, Ancira y Lozoya, por mencionar algunos.

En 2018, cuando Interjet todavía era la tercera aerolínea más importante del país, comenzaba ya a hablarse sobre los problemas financieros y la falta de solvencia en la compañía. En octubre de 2019, el SAT confirmó que la compañía tenía una deuda acumulada entre 2013 y 2017 que ascendía a 549 millones de pesos, unos 27 millones de dólares, deuda por la cual Miguel Alemán Magnani y su padre, Miguel Alemán Velázco, resultaban ser responsables solidarios.

Como ya se mencionó, el consejero indica en su reciente carta que Miguel Alemán se le acercó para tratar de resolver la situación de Interjet. Según narró tiempo después Darío Celis (https://bit.ly/3wwtsEQ), conocido por ser una correa de transmisión de Scherer en los medios, la recomendación del consejero jurídico fue acogerse a concurso mercantil para reestructurar ordenadamente sus deudas, tanto las fiscales, como aquellas que la empresa tenía con proveedores y empleados, a fin de poder efectuar una inyección de capital fresco que permitiera salvar a la compañía.

La alternativa que entonces le ofreció el consejero jurídico al presidente del Consejo de Administración de Interjet fue la misma que habría utilizado en otros casos similares y que parece haberle reportado enormes dividendos: dirigirlo a uno de sus despachos más cercanos para que le ayudaran a encontrar una “solución a su problema”.

De esa manera, se presume, el funcionario delegaba en un tercero el cobro de millonarios dividendos, mismos que se repartían a razón de 30% para los despachos cercanos a Scherer y 70% para el consejero jurídico, según testimonios.

Siguiendo la recomendación del consejero jurídico, Alemán Magnani fue a ver a Rivera Gaxiola –en cuyo despacho es socio su sobrino, Rodrigo Lagos Scherer y también trabaja un hijo de la pareja de Scherer, Carlos Suárez Estaberniet–, quien buscó materializar la ruta a seguir establecida por Scherer Ibarra. Todo esto fue expuesto por el abogado Paulo Díez Gargari en una entrevista que dio a Carmen Aristegui en octubre de 2021.

Lo novedoso ahora es un documento fechado el 8 de mayo de 2020, escrito en papel membretado y firmado con el puño y letra de Rivera Gaxiola (el nombre del sobrino de Scherer también figura en el papel membretado) se presentó una propuesta de honorarios para la reestructura de Interjet y un procedimiento de concurso mercantil.

 

 

Además de promover los recursos y juicios de amparo que normalmente realiza un despacho de abogados,  en la cotización se le ofrecía a Interjet llevar a cabo “las gestiones extrajudiciales ante las distintas autoridades gubernamentales correspondientes”.

Por el cobro de estos servicios, el bufete de Rivera Gaxiola cobraría un honorario inicial por la inmensa cantidad de 9 millones de dólares, única y exclusivamente para empezar a estudiar y analizar el asunto, revisar documentos y realizar la solicitud de Concurso Mercantil. Como parte de este servicio se incluía, además, la “gestión ante las autoridades competentes y necesarias para procurar la solución satisfactoria del asunto”.

Pero los cobros no terminaban ahí. La cotización contempla además, una iguala mensual por cuatrocientos cincuenta mil dólares durante el tiempo que dure el procedimiento y hasta la conclusión del asunto, el cual se prevé en 24 meses. Es decir, serían 10.8 millones de dólares en dos años (en caso de finalizar antes de todas formas sería necesario cubrir el resto de las mensualidades), así como un honorario final por 19 mil 800 dólares, al momento de concluir el asunto. Una cifra total de 39.6 millones de dólares.

Como si estos cobros no fuesen suficientes, la propuesta de cotización establecía al final que se podrían agregarse “gastos extraordinarios”, con lo que se puede imaginar que quedaba abierta la posibilidad de seguir exprimiendo al empresario en el futuro.

Ciertamente, el costo de un concurso mercantil –que es el procedimiento que se sigue cuando en una empresa se abre un periodo de conciliación con el objeto de que el deudor y los acreedores puedan alcanzar un convenio para evitar la quiebra– suele ser oneroso. Pero ninguno de los abogados consultados como parte de esta investigación considera que pueda costar una suma como la que pretendía cobrarse. “Cuando mucho cuatro o cinco millones de dólares para una compañía de ese tamaño”, señaló uno de ellos, “pero en general la mayor parte se paga una vez que el proceso ha concluido satisfactoriamente”. Nadie cobra 9 millones de dólares sólo por estudiar un caso y presentar una solicitud, como sucede con la cotización referida.

Resulta muy posible, por tanto, que en esos honorarios iba implícita una mordida para que Interjet pudiese solucionar sus problemas obteniendo las facilidades legales que solo alguien como el consejero jurídico sería capaz de obtener en las instancias judiciales, como lo alertó desde octubre de 2021 el abogado Paulo Díez Gargari, y como se desprende de algunas de las frases de la propia cotización.

¿Cómo terminó la historia? Alemán Magnani prefirió rechazar la oferta que se le hacía, probablemente por considerarla más que abusiva. En enero de 2021 tomó la decisión de irse del país. Seis meses después, se giraría una orden de aprehensión en su contra y en septiembre una ficha roja ante la Interpol. Sin embargo, por el hecho de ser ciudadano francés, el empresario no puede ser extraditado a México.

Un año después, cuando Darío Celis se refirió al tema en su columna ya mencionada, señaló que Miguel Alemán había recurrido al abogado Rivera Gaxiola por recomendación del consejero –lo dice textual–, Y reflexionaba: “Si entonces le hubieran hecho caso al consejero jurídico se hubiera evitado el cese de operaciones de la atribulada línea aérea”.

Con el mismo descaro con que el abogado Rivera Gaxiola firmó aquella escandalosa cotización, el despacho que encabeza subió a su página web ese artículo que a la fecha todavía vive allí.

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