¿Otra vez el INE «sin dinero»?

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Hernán Gómez Bruera

 

La Cámara de Diputados aprobó el presupuesto de Egresos de la Federación el domingo por la madrugada. Uno de los puntos más álgidos del debate giró en torno a los recursos para el INE, cuyo presupuesto se redujo en 4 mil 913 millones de pesos de los 24 mil 649 millones solicitados. 

Una vez más un grupo de consejeros ha puesto el grito en el cielo. Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y Jaime Rivera declararon que esa disminución de recursos ponía en riesgo la organización de la revocación del mandato. Nuevamente el argumento es que los recursos no le alcanzan. 

He hablado ya de cómo tenemos un INE groseramente caro (shorturl.at/juH25). El instituto derrocha buena parte de su presupuesto en una inmensa burocracia. Por ejemplo, sólo en la subdivisión de transparencia tienen una estructura gigante de 109 funcionarios, más de lo necesario. Además, la titular de esta área gana 133 mil pesos netos cada mes, dos directores ganan 93 mil pesos netos.

Pero además están los lujos de los consejeros electorales. Cada uno de estos tiene una bolsa mensual de 722 mil pesos para sus asesores que puede distribuir como quiera. Algunos de esos asesores llegan a ganar hasta 104 mil pesos al mes netos.

Los consejeros, con todo y prestaciones, ganan 263 mil pesos mensuales. Además, cada uno puede gastar hasta 11 mil pesos en comidas al mes. Para dar una idea de los recursos que gastan: en todo 2019, el consejero presidente, Lorenzo Córdova, se despachó 114 mil 127 pesos en restaurantes, solamente superado por Ciro Murayama, quien gastó 143 mil 640 y Benito Nacif, con una cantidad similar. Si el INE no derrochara en estos lujos, tendría mucho más dinero. 

Pero hay más. La institución electoral no es ajena a la corrupción. Este año, por ejemplo, el propio Órgano Interno de Control (OIC) del instituto externó su preocupación porque encontró que en diversas licitaciones de 2020 se aplicaron criterios arbitrarios para la contratación de servicios. 

Por ejemplo, se adjudicaron contratos por “servicios de gestión por procesos” (lo que sea que eso signifique) por 91.9 millones de pesos; por “servicios de una casa productora para campañas institucionales” dieron un contrato de 55.6 millones de pesos;  por ¡servicio de comedor gastaron 48 millones de pesos!, y por “servicio de desarrollo en materiales de difusión” desembolsaron 15.8 millones. Estamos hablando de 211.3 millones de pesos que el INE entregó a empresas particulares mediante contratos otorgados de forma irregular.

No es la primera vez que el INE hace adjudicaciones de esta manera. Aunque hoy parece olvidado, hace un año se vinculó a proceso penal a Bogart Montiel Reyna, el ex director ejecutivo de administración del instituto (quien se encargaba de las compras y contratos), por un contrato irregular por 105 millones de pesos para taquizas, banquetes y parrilladas. 

Este funcionario fue vinculado a proceso y aunque el órgano electoral decidió respetar la presunción de inocencia y no retirarlo de funciones. Pero lo más increíble y cínico del caso es que cuando este servidor público tuvo que presentar su renuncia Lorenzo Córdova le hizo un reconocimiento público. 

Finalmente, en días recientes, en medio de la polémica por el recorte presupuestal, el secretario de Gobernación sacó a la luz pública que el INE contaba con varios fideicomisos cuyo total sumaban mil 343 millones de pesos. 

¿No que no había dinero? Aunque Ciro Murayama salió a defender estos recursos, que supuestamente no se pueden usar por ya estar comprometidos. Ojalá el INE quiera dejar de vernos la cara. Dinero hay, es cuestión de que se adapten a la lógica de la austeridad y dejen de vivir como reyes.

 

 

16 de noviembre de 2021