Hernán Gómez Bruera
El espionaje del que fue objeto el fiscal Alejandro Gertz Manero el 25 de febrero de este año pudo haberse efectuado desde una oficina alterna utilizada por el despacho del abogado Juan Antonio Araujo Riva Palacio, un socio clave del ex consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra.
En días pasados, tomé conocimiento de esto a partir de una fuente de inteligencia que encontró que el espionaje muy posiblemente fue efectuado por la firma Thomas Dale & Associates, una empresa de seguridad e investigación privada en Estados Unidos, dirigida por un ex jefe de la Policía de Los Ángeles, Thomas Elfmont.
La misma fuente me informó que el ilícito a través del cual se interceptó la llamada de Gertz Manero podría haberse llevado a cabo desde una modesta y discreta casa ubicada en la colonia San José Insurgentes de la Ciudad de México, con domicilio en Damas 94, a una cuadra del Teatro de los Insurgentes, donde figuran las actividades de esta empresa de seguridad.
A través de una simple búsqueda en Google puede corroborarse como esta empresa de seguridad efectivamente se ubica en esa dirección, también utilizada por los abogados Juan Araujo Rivapalacio y César Omar González Hernández, quienes deberán comparecer en la audiencia que tendrá lugar por el caso Juan Collado este 7 de abril.
Según la página de internet de Thomas Dale & Associates, se trata de una empresa global de investigación y seguridad basada en Los Ángeles, con oficinas regionales en Nueva York, México, Brasil, Venezuela, Colombia y Rusia, la cual emplea además a 300 expertos en todo el mundo (http://www.tdaltd.net/).
Lo que llama poderosamente la atención es que en 2011 esta misma firma fue acusada en Estados Unidos por contratar un servicio de espionaje para intervenir un celular en San Bernardino, California, en un caso que llegó hasta los tribunales, como consta en diversas notas periodísticas. (https://bit.ly/3NWL7LZ; https://bit.ly/3LLznKp)
En las mismas oficinas en la que tiene sede esta empresa estadounidense despacha ciertos asuntos el bufete Araujo, González, Peimbert, Robledo y Carrancá. Aunque su domicilio oficial está en Francisco Sosa 349, en Coyoacán, es sabido que utilizan varias oficinas más. El predio de San José Insurgentes, en particular, es utilizado como un despacho alterno, posiblemente para disfrazar algunas de sus actividades y maquillar cierto tipo de negocios.
La casa en cuestión –donde Araujo y sus socios reciben notificaciones– se ubica justo en una de las esquinas de Damas con Mercaderes. Al parecer, se trata de dos oficinas interconectadas: una en Damas 94 y otra en Mercader 39. Damas 94 ha sido utilizado, por ejemplo, como domicilio legal en una denuncia presentada por empleados de Araujo en contra del abogado Paulo Diez Gargari por el caso Aleática. Además, es la sede de dos empresas del hijo de Araujo, Juan Antonio Araujo Garrido: Financiera Mutuo y Caliza, una empresa dedicada al desarrollo de proyectos solares fotovoltaicos.
En Damas 94 aparecen también registradas otras tres empresas mexicanas, aunque de capital suizo: una de ellas es una empresa de seguridad (otra más), registrada bajo el nombre de Glarus S. A. de C. V., según consta en el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía. Figura también una empresa de artículos de joyería y accesorios, Bernart S. A. de C.V., y una de servicios de limpieza de inmuebles, Mexico-Astralasia Student Services, S.A. de C.V.
Mercaderes 39, por su parte, fue utilizado como domicilio legal en un amparo presentado por Alonso Ancira, donde figura el nombre de José Manuel Quintanares, empleado de Araujo. También fue empleado por otro de sus colaboradores, José Antonio Sadurnit, en uno de los amparos tramitados a Radiópolis, e incluso figura como dirección de la revista Edicta + Estilo de Vida, editada por Araujo. No menos importante, el mismo domicilio ha figurado como sede de Arcafim, una sociedad financiera de objeto múltiple que es propiedad de Araujo.
Araujo Rivapalacio es uno de los socios más importantes del ex consejero jurídico, Julio Scherer Ibarra, como consta en el currículum de este último, y como él mismo lo reconoce en la extensa carta que publicó en Proceso. Tanto Araujo, como su socio, César González Hernández, sobrino favorito del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, deberán acudir este 7 de abril a la audiencia que tendrá lugar en el Reclusorio Norte, como ya se ha dicho.
Durante el tiempo en que Scherer Ibarra fue consejero jurídico de la Presidencia, en este despacho se trataron –aparentemente por intermediación de Scherer Ibarra–, casos tan importantes como el de Cruz Azul, Alonso Ancira, Aleática, Emilio Lozoya, Emilio Zebadúa y el propio Juan Collado, por mencionar solo algunos donde se ha referido la existencia de un modus operandi extorsivo.
El 25 de febrero, cuando fue interceptada la llamada entre el fiscal general de la República y Juan Ramos López, fiscal especializado de Control Competencial, Thomas Dale & Associates tenía su domicilio en Damas 94, lo mismo que Glarus S.A. de C.V. Formalmente, aún lo tienen hoy.
¿Se tratará de una mera coincidencia que dos empresas de seguridad –una de ellas acusada de espionaje– figuren en la misma dirección que utiliza Juan Araujo para sus negocios? ¿Será que desde allí pudo haber sido espiado al Fiscal General de la República? Solo las autoridades competentes pueden aclararlo.
Algo debe saber ya el propio presidente de la República porque el 7 de marzo declaró durante la mañanera: “El hecho de que se graben así las conversaciones, o sea, eso no lo hace cualquier ciudadano, esos son despachos de abogados, grupos de políticos corruptos, espías”.