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Es cierto que, sin cuota de género, Clara Brugada no se convertiría en la coordinadora de los comités de defensa de la 4T en la CDMX, como tampoco otras candidatas en sus estados. Ello, sin embargo, no demerita el triunfo de la exalcaldesa de Iztapalapa, la cual resultó ser la mujer más competitiva de entre las candidatas de Morena a las nueve gubernaturas, con una intención de voto del 26.7%.
En más de un sentido, el resultado de Brugada es sorprendente. La futura candidata a jefa de gobierno remó a contracorriente, logrando un avance sorprendente, pese a que no jugó de su lado el poder del dinero, ni era la primera opción de Claudia Sheinbaum. A la exalcaldesa de Iztapalapa no le ayudaron ni los grandes capitales, ni los medios de comunicación, ni funcionarios del gobierno de la Ciudad, ni las estructuras sindicales del gobierno capitalino.
Pésele a quien le pese, este resultado es producto de una movilización social activa y real, como probablemente no exista en ninguna de las otras entidades federativas en las que se disputó la elección. Es también una prueba fehaciente y esperanzadora de que la izquierda existe y no está dormida.
Como pocas veces, vimos en estas semanas la emergencia de una conciencia crítica de voces independientes que se articularon por fuera de la estructura partidista, para rechazar una candidatura que muchos consideraban ajena y hasta agraviante. Parafraseando a Borges, más que el amor los unía el espanto.
Pero esa misma conciencia crítica también fue capaz de decir alto y claro que, si alguien tenía y tiene derecho a ser jefa de gobierno de la Ciudad de México, era y es Clara Brugada, tanto por su trabajo desde abajo durante muchos años, como por su experiencia de gobierno.
El clímax del fenómeno Brugada tuvo lugar durante el acto del 9 de noviembre, cuando en una Arena México abarrotada Sheinbaum llamaba a la militancia del partido a mantener la unidad del movimiento, mientras la gente enardecida tan solo repetía “Clara ya ganó”. Ese entusiasmo desbordante dijo más que mil palabras.
Discrepo de esos opositores que afirman que este fue un momento humillante para Sheinbaum, tanto como de quienes aseveran que el triunfo de Brugada es una muestra de debilidad del liderazgo de la exjefa de gobierno.
Hay que recordar que los mismos opositores que ayer decían que la candidatura de Clara era promovida por una secta de “radicales”, hoy promueven el nado sincronizado de que Brugada es la candidata de AMLO y este la impuso contra la voluntad y lo deseos de Sheinbaum.
Eso es falso. Clara siempre ha sido apreciada por la ex jefa de gobierno (quien ha dicho que la considera una de las mejores alcaldesas del país) y su candidatura siempre estuvo entre sus opciones para la línea sucesoria. De hecho, Sheinbaum invirtió en Iztapalapa más que en ninguna otra demarcación.
En algún momento, sin embargo, un grupo de colaboradores (pensando más en sus propios intereses) le vendió a la ex jefa de gobierno la falsa idea de que, si Harfuch no era el candidato, Morena perdería la Ciudad de México.
Hay varias lecciones que el movimiento debieran derivar de todo esto. Conciliar intereses y asegurar la gobernabilidad no es tarea fácil. Sin embargo, aunque es importante estar en buenos términos con el sector empresarial y ciertos grupos de poder, no se puede pasar por encima de las bases, menospreciar su trabajo o imponer sobre ellas una relación de mando y obediencia. La lógica debe ser otra.
Harfuch vs Clara
Harfuch y Ayotzinapa
Poco ha hecho Omar García Harfuch por resolver la gran cantidad de dudas que existen sobre su trayectoria como policía a lo largo de esta contienda.
Los periodistas de medios corporativos, con los que ha preferido hablar, le preguntan una y otra vez: “¿cuál fue su papel en Ayotzinapa?”, “¿estaba usted ahí?” Y Omar se escabulle siempre de la misma forma: “Yo no estaba ahí, había sido designado a la Gendarmería en Michoacán”. Y tan, tan.
Como era de esperarse, las minutas de las famosas reuniones del 7 y 8 de octubre de 2014 —a las que ahora he podido acceder en su totalidad—, no arrojan evidencia alguna de que allí se haya fabricado la llamada “verdad histórica”. Tampoco figura algún tipo de participación por parte de Harfuch.
Pero la cosa no se agota ahí. Hay elementos para pensar que el policía, a pesar de estar en Michoacán, fue informado todo el tiempo de lo que ocurría, e incluso siguió tomando decisiones, según la evidencia aportada por Anabel Hernández. ¿Qué fue lo que le informaban y por qué no lo ha revelado?
He compilado una lista de 20 preguntas al hoy aspirante a la jefatura de gobierno, en una carta abierta (https://hernangomez.com.mx/). Menciono algunas de forma sucinta:
1. ¿Por qué a pesar de lo que usted pudo ver y escuchar, así como de las acciones que desempeñó en materia de combate a la delincuencia organizada en Guerrero, su declaración ministerial tan solo contiene cuatro páginas?
2. Como responsable de la Policía Federal en Guerrero a usted le correspondían, entre otras funciones, el patrullaje de las carreteras. ¿Podría contarnos cuántos aseguramientos y detenciones efectuó contra Guerreros Unidos durante el tiempo de su encargo?
3. No son claras las condiciones en las que usted se trasladó, días antes de lo ocurrido en Iguala, de Guerrero a Michoacán. ¿Cómo es posible que su traslado a ese estado fuera autorizado por usted mismo y no mediante orden de un superior jerárquico? ¿Por qué usted nombró a su propio sustituto y cómo es que lo eligió?
4. Cuando rindió su declaración en calidad de testigo sobre el caso Ayotzinapa usted no dio prácticamente ninguna información sobre Guerreros Unidos. En el caso de Los Rojos, en cambio, dio diversos detalles, mencionando la detención de cinco miembros de ese grupo, con sus nombres y alias. ¿Por qué no dio un solo nombre de algún detenido de Guerreros Unidos? ¿O es que no detuvo a ninguno?
5. ¿Qué cree usted que hacía Sidronio Casarrubias Salgado, líder de Guerreros Unidos, con su nombre y número de teléfono anotados en su agenda personal, como consta en las pruebas físicas del caso?
6. ¿Tendrá algo que ver lo anterior con el hecho de que, en las intervenciones telefónicas legales hechas por la DEA –mismas que he podido revisar—, Adán Casarrubias (hermano de Sidronio) alude a una persona de nombre “Omar” y “Omarsito”? ¿Será que se trata de un homónimo?
7. La Policía Federal tuvo una importante participación en la desaparición de los 43. De hecho, han sido consignados o señalados varios elementos que estuvieron subordinados a usted, como Emmanuel de la Cruz Pérez Arizpe, Víctor Manuel Colmenares Campos o Luis Antonio Dorantes Macías, entre otros. ¿Qué nos puede decir acerca de estos personajes y su responsabilidad por su conducta?
El dilema de Claudia
El dilema de Claudia
Claudia Sheinbaum trabaja para ganar la elección de 2024 con dos tercios del Legislativo. En esa lógica se inscriben muchas de sus decisiones recientes más polémicas, como la alianza con el PES y el PVEM y la candidatura de Omar García Harfuch, que en buena medida se explica como una apuesta para generar un efecto arrastre en la elección de diputados.
Este último caso, sin embargo, excede toda proporción. Constituye un acto de pragmatismo extremo que podría terminar por ser contraproducente, por lo agraviante que está resultando para un sector de Morena y la izquierda.
Lo que Sheinbaum no ha comprendido es que, en su apuesta por ofrecerle a las clases medias y a los fifís de la CDMX un perfil de su agrado (y pagarle una suerte de derecho de piso a los ricos de México), podría terminar por distanciarse de la base obradorista, que no aceptará fácilmente un perfil que podría representar el principio del fin para la 4T.
La candidatura de García Harfuch catapultaría al personaje como un presidenciable y podría ser el primer error político potencialmente grave de Sheinbaum, pues alienaría a una parte importante del obradorismo y podría debilitar su liderazgo con los de casa.
Esa militancia que durante años ha hecho trabajo de base, formado comités y tocado puertas en uno de los bastiones históricos más importantes para la izquierda —la Ciudad de México— de pronto atestiguaría al aterrizaje forzoso de un perfil que —sin ningún trabajo político— aparecería en la posición más relevante de todas.
¿Cómo explicar a la militancia que “una hija del 68” apoya a un nieto de los que participaron en el entramado represivo del movimiento y a un hijo de los que operaron la Guerra Sucia? ¿Cómo respaldar a un personaje tan genéticamente situado “del lado incorrecto de la historia”? Es como si el Partido Socialista Chileno impulsara la candidatura del hijo de un general de Pinochet.
La disputa política al interior de Morena podría escalar, además, a medida que se acerque la encuesta y se evidencien la serie de irregularidades que se están cometiendo. Cada vez se presentan más casos de cómo funcionarios del Gobierno de la Ciudad operan irregularmente a favor de Harfuch. Al menos son dos secretarios —notoriamente Rigoberto Salgado, secretario de Inclusión y Bienestar—, además de Víctor Hugo Romo y el sindicato del Metro.
En torno a la candidatura del policía están claramente agrupados los poderes fácticos: empresarios, televisoras, grandes medios. Están de su lado también políticos muy cuestionados, como el exsecretario particular de Emilio Gamboa, Juan José Lecanda, y el exconsejero jurídico,Julio Scherer Ibarra, el “traidor de Palacio”. Un misterio es también el papel de Ninfa Salinas dentro del equipo de campaña, aparentemente muy influyente en el cuarto de guerra.
Con mucho dinero de por medio, quienes promueven la campaña de Harfuch buscan instalar la idea de que él es “el bueno” y ya ganó. No hay que perder de vista, sin embargo, que Morena debe postular al menos a cuatro candidatas mujeres para las nueve gubernaturas en disputa y existe un acuerdo político —avalado por el Presidente— para ubicarlas preferentemente donde tengan más intención de voto, sin importar si ganan la encuesta o no.
Junto a Rocío Nahle, Clara es de las mujeres más competitivas y mejor posicionadas en el país. ¿Será más fuerte el pragmatismo o la sororidad de Sheinbaum hoy que “es tiempo de mujeres”? ¿Permitirá la exjefa de Gobierno que otra mujer, además de ella, nos haga soñar?
—Hernán Gómez Bruera—
Señor Policía:
Como usted sabe, desde hace varios meses lo he buscado para entrevistarlo, sin que hasta el momento haya accedido a responder las diversas interrogantes que tengo sobre su trayectoria. Mi caso es similar al de otros periodistas críticos, particularmente identificados con la izquierda, con los que usted parece haber preferido no hablar.
Le hago llegar por esta vía esta carta abierta en la que incluyo algunas preguntas que considero que no ha respondido cabalmente.
Mis interrogantes son las siguientes:
1. Tenemos claro que usted no puede ser juzgado por las acciones de sus ancestros. Me gustaría saber, sin embargo, ¿qué significa para usted la memoria de su abuelo, Marcelino García Barragán, parte del entramado represivo del Movimiento Estudiantil del 68 cuando fue secretario de la Defensa con Gustavo Díaz Ordaz, y de su padre, Javier García Paniagua, ex director de la Dirección Federal de Seguridad, la agencia de inteligencia responsable de un sin número de detenciones ilegales y desapariciones forzadas en tiempos de la Guerra Sucia? ¿Cuál es, por ejemplo, su sentir respecto a que la Comisión de la Verdad del Estado de Guerrero señaló a su padre como fundador de la Brigada Blanca, un grupo de contrainsurgencia encargado de reprimir, torturar, asesinar y desaparecer a guerrilleros mexicanos? Uno es en gran medida el entorno en que fue criado, donde aprende una serie de valores y principios. Usted seguramente aprendió muchas cosas por herencia familiar. ¿Cuáles considera positivas y con cuáles realmente está dispuesto romper y ha logrado hacerlo? ¿Hasta dónde podemos saber que usted no conserva rasgos de esa esa élite político-militar de la que proviene?
2. Su entrada y ascensos dentro de la Policía Federal han llamado la atención. De acuerdo con el seguimiento que la periodista Anabel Hernández le ha dado a su trayectoria, usted ingresó a la corporación como jefe de Departamento con el grado de suboficial en la Coordinación de Inteligencia, a pesar de no tener experiencia policial y sin haber pasado por la academia de policías. De hecho, en su “reporte integral de evaluación” se señala que usted se enteró de la vacante como jefe de departamento porque la amiga de su madre, Rosy Orozco, “le presentó en agosto de 2008 al Lic. Luis Cárdenas Palomino”, entonces Coordinador de Inteligencia para la Prevención del Delito.
Además, Anabel Hernández habla de la existencia de tres cartas con su firma en las que, saltándose los trámites que debieran ser exclusivamente conducidos por el área administrativa y de recursos humanos de la Policía, se dirige a Genaro García Luna —exsecretario de Seguridad Publica— para solicitar la vacante de jefe de departamento.
Más tarde, ya dentro de la Policía, usted escaló de manera inusualmente veloz: En el marco de cuatro años pasó de suboficial (2008) a coordinador estatal (2012). Se ha dicho que, en circunstancias normales, esto le tomaría a cualquier policía al menos 16 años. ¿Cómo nos explicamos estos privilegios que usted tuvo dentro de la Policía Federal? ¿Está usted particularmente agradecido con Luis Cárdenas Palomino (uno de los hombres más cercanos a Genero García Luna) por el trato generoso que le dio durante este periodo?
3. Nos queda claro que usted no tuvo mayor cercanía con Genaro García Luna, o al menos eso ha dicho en reiteradas ocasiones. Sin embargo, llama la atención la inconsistencia en sus declaraciones sobre su relación con Luis Cárdenas Palomino. En una entrevista realizada por Azucena Uresti el 26 de septiembre del 2020, a tan sólo 6 días de que detuvieran a este personaje, la periodista le preguntó sobre el tema y usted aseguró que fue “una persona que conoció muy bien en la policía federal. Y repitió dos veces: “Muy bien”. En una entrevista de septiembre de este año, ya en medio de la contienda para ser candidato a jefe de gobierno, usted se refirió a Luis Cárdenas Palomino en términos muy distintos, asegurando que tuvo con él “un diálogo en diferentes ocasiones”. ¿Cómo es que pasó usted de referirse a Cárdenas Palomino como alguien que conoció “muy bien” a alguien con quien apenas tuvo “un diálogo en diferentes ocasiones”? ¿A qué se debe esta distancia entre sus propias declaraciones en los medios? Por lo demás, cuando usted entró a la Policía Federal como jefe de departamento de la Coordinación de Inteligencia justamente Luis Cárdenas Palomino era quien fungía como titular de esa Coordinación. Luego, en el 2010, mientras Palomino era el titular de la División de Seguridad Regional, lo nombró coordinador estatal de la PF en la Ciudad de México. ¿A qué se debe la negativa de reconocer que recibió órdenes de él, como en la última entrevista antes referida, cuando evidentemente lo hizo?
4. Usted reprobó sus exámenes de control de confianza en tres ocasiones —enero del 2009, y mayo y octubre del 2011— En una entrevista reciente a El País, en la que el periodista le preguntó por el asunto, usted respondió que “no hay evidencia de los exámenes” y que desconoce totalmente esos documentos que se han hecho públicos, pues son totalmente confidenciales”. ¿Quiere usted decir que fueron invenciones de Anabel Hernández, la periodista que citó y mostró esas evidencias? Según los reportes existentes (que en la entrevista usted dice que no existen por ser información confidencial), usted respondió con falta de veracidad a la pregunta de si mantenía compromisos con la delincuencia organizada. ¿Por qué cree usted que en los reportes se hicieron este tipo de observaciones? También se puede leer que su “rendimiento intelectual se encuentra ubicado en el rango inferior al término medio», que se le dificulta la resolución de problemas, entre otras observaciones. En condiciones normales, usted no habría podido desempeñarse en su puesto, simple y sencillamente porque la Dirección General de Control de Confianza concluyó que usted “no cumple con el perfil”. En mis propias manos tengo un fragmento del expediente de la Policía Federal (UAI/DGII/5518/12) en el que se puede leer todo esto. ¿Diría usted que este documento es apócrifo? Por lo demás, ¿estaría dispuesto a reconocer que fue su estrecha relación con Luis Cárdenas Palomino la que le permitió continuar en la Policía Federal, abriéndole las puertas cuando se le tendrían que haber cerrado?
5. El 6 de septiembre de 2011, fue ejecutado Javier García Morales, su hermanastro, en una cafetería de Guadalajara, Jalisco, noticia que reportada en varios medios informativos. Dentro de la trayectoria de esta persona resalta su función como secretario general adjunto del PRI nacional en el año 2004. Antes de esto, en el 2000, fue investigado por presuntos nexos con el crimen organizado por la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada de la PGR, según lo reportaron medios como El Informador y La Jornada. ¿Podría confirmarnos si su hermano tuvo esos nexos, a qué se debe su lamentable asesinato y qué tan cercanos eran?
6. Hablemos de Ayotzinapa. Usted ha ofrecido versiones diferentes sobre su participación en los sucesos de Iguala. El 22 de agosto de 2022, subió un tuit que decía “Rechazo la versión absurda de haber participado en una reunión para ´fraguar la verdad histórica´, ojalá quienes llevan las investigaciones detengan a quien hizo daño a los jóvenes en lugar de arruinar vidas y reputaciones de los que si hacemos algo por nuestro país todos los días”.
Más tarde, el 5 de septiembre de 2022, cuando el diario El País dio a conocer su participación en dos reuniones en Iguala, reconoció en un hilo: “La documentación publicada por @elpaismexico corrobora lo que desde un inicio he manifestado. El 06 de septiembre de 2014, recibí instrucciones de trasladarme a Michoacán para apoyar a la recién creada División de Gendarmería (…) A partir del 08 de septiembre estuve comisionado en Michoacán, y fue hasta inicios del mes de octubre de 2014, cuando me instruyeron trasladarme a Iguala, junto con personal de la División de Gendarmería (…) La minuta confirma que yo iba por parte de Gendarmería y no como Coordinador Estatal de la Policía Federal en Guerrero. Como el mismo documento señala, no tuve intervención alguna durante las reuniones”.
Al año siguiente, el 27 de septiembre de 2023, afirmó en otro tuit más: “En las reuniones en las que participé se establecieron las líneas de acción para la búsqueda de los jóvenes, sin abordar temas de investigación. Lo digo con claridad y firmeza: nunca participé en los lamentables acontecimientos ocurridos en Ayotzinapa”.
¿Se da cuenta que sus diferentes tuits, lejos de aclarar cuál fue su participación en todos estos hechos, confunden más? En lugar de rechazar desde un inicio que participó en determinadas reuniones, ¿no hubiera sido mejor esclarecer las cosas y decir qué fue lo que se dijo en esos encuentros?
Hoy se tiene conocimiento de que autoridades de los Estados Unidos proporcionaron información al gobierno de México referente al trasiego de droga desde el estado de Guerrero hasta Chicago, Illinois. En ese sentido —tal y como usted lo declaró ministerialmente— a la Policía Federal le correspondían, entre otras funciones el patrullaje de las carreteras. En consecuencia, ¿podría contarnos cuántos aseguramientos y detenciones efectuó la PF en Guerrero durante el tiempo que estuvo al frente de la institución?
7. No son claras las condiciones en las que usted se trasladó, antes de lo ocurrido en Iguala, de Guerrero a Michoacán, ni hasta dónde usted siguió tomando decisiones a pesar de estar apoyando a la Gendarmería en este último estado. Se han presentado evidencias de que su traslado a Michoacán fue autorizado por usted mismo «en cumplimiento de órdenes superiores telefónicas”, no por un superior ni por un mando de la PF. Sin embargo, la instrucción de su traslado no tiene ningún selló oficial, número de oficio y de folio, como señaló Anabel Hernández. Hay un documento, firmado el 6 de septiembre, en el que usted le comunica al Mtro. Manelich Castilla Craviotto, titular de la División de la Gendarmería, que “por necesidades del servicio” recibió la “instrucción superior de apoyar a la División de Gendarmería en la puesta en marcha de sus operaciones iniciales”, por lo que se trasladaría a partir del día 8 de septiembre al estado de Michoacán. ¿No tendría que haber sido un superior jerárquico el que notificara esto al titular de la división? ¿Cómo explica usted un hecho tan poco frecuente en una institución por naturaleza jerárquica? En ese mismo sentido, ¿cómo se explica que el 23 de septiembre el Comisionado General de la Policía Federal le solicitó a usted presentarse en la Ciudad de México para continuar allí sus servicios y recibir instrucciones? ¿Tan pronto lo mandaron a otra adscripción?
8. Existen también dudas sobre la persona que lo sustituyó al frente de la Policía Federal en Guerrero cuando se trasladó a Michoacán. Según Anabel Hernández, usted mismo nombró a su sustituto, el señor José Antonio Cabrera. ¿Por qué lo nombró como sustituto y no como encargado de despacho, como correspondería? ¿Acaso eso no viola los manuales de procedimientos y organización de la Policía Federal? Por otro lado, ¿podría explicarnos por qué eligió a esa persona y qué relación tenía con ella?
Existen documentos en la Fiscalía General de la República que corroboran que Luis Antonio Dorantes, encargado de la PF en la subestación de Iguala (bajo las órdenes de Cabrera) lo mantuvo informado a usted de lo ocurrido aquella noche del 26 de septiembre y madrugada del 27. ¿Por qué este personaje le seguía reportando a usted, que en teoría ya no era el responsable de la Policía Federal en Guerrero, y en su lugar lo hacía a su sustituto? ¿No esta una muestra de que seguía tomando decisiones a pesar de no encontrarse físicamente en el estado? De igual forma, ¿podría relatarnos qué decían esos reportes a los que no se alude en la declaración que presentó ante la PGR por los hechos ocurridos en Ayotzinapa? ¿Tomó usted alguna decisión a partir de ellos?
9. En su declaración ministerial usted refiere que en el Grupo de Coordinación Guerrero, encargado de las tareas de seguridad pública, procuración e impartición de justicia en la entidad y del que usted formaba parte, se habló de la problemática existente en la ciudad de Iguala, con especial referencia al presidente municipal, José Luis Abarca, ex Alcalde de Iguala, vinculado a los Guerreros Unidos.
De hecho, un documento presentado por el CISEN el 6 de agosto de 2014 ante los integrantes de dicho grupo (y del cual tengo una versión digital) alude al tema en cuestión. En atención al contenido de dicho documento, ¿llevó usted a cabo alguna acción con relación a Abarca?
¿Por qué a pesar de lo que usted pudo ver y escuchar, así como de las acciones que debió desempeñar en materia de combate a la delincuencia organizada en Guerrero, su declaración ministerial tan solo contiene 4 páginas y acaso unas dos páginas de sustancia? ¿Cómo es posible que ante un hecho de esta envergadura usted no pudiera o quisiera colaborar con más información, siendo que estuvo en Guerrero antes y después de los sucesos? ¿Cuánto más usted sabe que no ha querido o podido decir, señor policía?
10. Cuando rindió su declaración en calidad de testigo sobre el caso Ayotzinapa le preguntaron si tenía conocimiento sobre el grupo delincuencial Guerreros Unidos. Usted respondió afirmativamente y dio algunos datos un tanto vagos, como que detuvieron “en general tres mil presuntos integrantes de los grupos delictivos que operan en la región”. Después le preguntaron sobre el grupo delictivo Los Rojos, a lo que contestó que tenía conocimiento de ellos y que la Policía Federal a su cargo había detenido apenas a cinco miembros de ese grupo. Sobre esto proporcionó información precisa con nombres y alias. Todo esto ha generado especulación sobre su combate a los Rojos y su omisión con Guerreros Unidos. ¿Por qué recordó con tanta precisión los detenidos de Los Rojos y no dio un solo nombre de algún detenido de Guerreros Unidos?
11.Una pregunta que se ha lanzado en muchas ocasiones, aunque nunca ha quedado clara: ¿Qué hacía Sidronio Casarrubias Salgado, integrante de Guerreros Unidos, con su nombre y número anotados en su agenda personal? ¿No le inquieta pensar que un integrante del crimen organizado tenía su contacto? ¿Tendrá esto que ver con el hecho de que en la intervenciones telefónicas legales hechas por la DEA integrantes de los Guerreros Unidos aluden a una persona de nombre “Omar” y “Omarcito” en el momento en el que se remiten a ciertas autoridades estatales y federales? ¿O es un homónimo?
12. Cuando terminó su comisión en Michoacán y usted regresó a Guerrero, en los primeros días de octubre, participó en una serie de operaciones contra Guerreros Unidos. Entiendo que operó varias detenciones una vez que el Gobierno Federal tomó el control del caso. ¿Podría detallarme cuántas y cuales, así como contar específicamente si usted participó en la detención de Sidronio en el estado de México, junto a Tomás Zerón, como aseguran algunos testimonios?
13. Hoy ha quedado claro que la Policía Federal tuvo una importante participación en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. De hecho, han sido consignados o señalados varios elementos que estuvieron subordinados a usted, como Emmanuel de la Cruz Pérez Arizpe, Victor Manuel Colmenares Campos o Luis Antonio Dorantes Macías, entre otros. ¿Qué nos puede decir acerca de estos personajes? ¿Qué tanto los conoció? ¿Tuvo usted sospechas de conductas anómalas cuando estuvo al frente de la Policía Federal en Guerrero?
14. El personal de la Policía Federal (incluido usted, según aseguran mis fuentes) asistía a las reuniones de grupos subversivos que coordinaba el CISEN, donde se ventilaban, entre otros temas, el tema de colectivos estudiantiles vinculados a la subversión. Estas reuniones eran itinerantes y se llevaban a cabo en estados como Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Morelos, Veracruz, CDMX y Guerrero. ¿De qué información dispuso usted a partir de esas reuniones con relación a la Normal Rural de Ayotzinapa?
15. Según la información que dio a conocer el subsecretario Encinas, usted estuvo presente en las reuniones del día 7 y 8 de octubre, mismas que encabezó la PGR. Usted ha dicho que se trataba de reuniones en donde se establecieron líneas de acción y no temas de investigación. También que no habló en ellas, como consta en las minutas. ¿Podría ofrecer una explicación más exhaustiva de lo que escuchó ahí, considerando la relevancia que tiene un asunto como este?
16. Hablemos de cosas que pasaron tiempo después. Ya siendo usted secretario de Seguridad Ciudadana en la Ciudad de México, el día 26 de junio del 2020 sufrió un atentado. Tres horas después, mientras la jefa de gobierno daba una conferencia de prensa, usted subió un tuit a las 9.32 de la mañana que decía: “Esta mañana fuimos cobardemente atacados por el CJNG, dos compañeros y amigos míos perdieron la vida, tengo tres impactos de bala y varias esquirlas. Nuestra Nación tiene que continuar haciéndole frente a la cobarde delincuencia organizada. Continuaremos trabajando.”
¿Por qué decidió adelantarse a responsabilizar a un grupo delincuencial en particular? ¿Por qué siendo que usted ocupaba una posición política decidió hablar, justo cuando estaba haciéndolo su superior, la jefa de gobierno? ¿Por qué siendo usted abogado se adelantó a lo que debieran ser las conclusiones de una investigación afectando el debido proceso? Y algo más: ¿Por qué siendo que su ámbito de responsabilidad es la Ciudad de México eligió usted dirigirse a “la nación”? Algunos especulan que en ese momento usted ya estaba pensando en cómo utilizar el incidente para catapultarse políticamente y, en una de esas, conseguir el ansiado sueño, no logrado por su padre, de ser presidente de México. ¿Qué tendría que decir frente a esto?
17. Diversos testimonios refieren que existe una relación muy cercana entre usted y el exconsejero jurídico, Julio Scherer Ibarra, sobre quien pesan serias sospechas de corrupción y tráfico de influencias, además de haber traicionado al presidente López Obrador. Como es sabido, Scherer Ibarra obtuvo su primer empleo en 1980, a través de su padre, Javier García Paniagua, en la Secretaría de la Reforma Agraria, y más tarde fue su secretario particular como presidente del PRI y secretario del Trabajo. ¿Es hoy uno de los personajes que apoyan su campaña? ¿Cómo ha sido su relación con él?
18. El 6 de septiembre de 2021 se formalizó el traspaso de las cárceles de la Ciudad de México de la Secretaría de Gobierno a la Secretaría de Seguridad Publica y Ciudadana. Con ello cayeron bajo su responsabilidad la concesión de todos los contratos que firman las cárceles con proveedores. ¿Podría informarnos cuántos contratos le concedió la dependencia a su cargo a Grupo Kosmos, propiedad de Jack Landsmanas, uno de cuyos socios hoy sabemos que es el exconsejero jurídico, Julio Scherer Ibarra? ¿Podría decirnos si el mencionado grupo ha hecho algún tipo de donaciones a su campaña y quiénes más la financian?
19. En una sola de las entrevistas le han preguntado sobre Ninfa Salinas y usted respondió que, “por temas de seguridad” no habla de sus hijas, de sus hijos y de su vida privada”. Entendemos que su vida privada es asunto suyo, pero la vida privada a veces es un tema de interés público. ¿Podría explicarnos de qué forma se ha involucrado la señora Salinas en su campaña y qué papel juega en esta?
20. Por último, le hago una pregunta más sencilla que las anteriores, pero no menos importante para algunos. Se postula usted para fungir como el coordinador de la Defensa de la Cuarta Transformación. Cuénteme, ¿qué es para usted la Cuarta Transformación y cómo cree usted poder defender las causas de un partido, como es Morena, al que se afilió apenas el 22 de septiembre de este año?
Señor Policía: El puesto para el cual usted se postula es de mucha relevancia como para que pueda concurrir dejando una estela de dudas en el camino. Mis espacios están abiertos si usted se decide a responder a estas preguntas, e incluso a difundirlas si opta por el camino de hacerlo por escrito. Ojalá no deje de contestarlas.
Saludos cordiales,
Hernán Gómez Bruera