Un balance apretado del revocatorio

Hernán Gómez Bruera

1.- El referéndum del domingo es un triunfo para el presidente López Obrador, cuya figura sigue siendo imbatible. A AMLO le fue mejor de lo que muchos esperábamos. Nadie vio venir semejante capacidad de movilización cuando tantos factores jugaban en contra, desde la falta de casillas hasta la actitud del INE, pasando por el vacío que buscaron generar los partidos de la oposición y buena parte de la comentocracia, quienes descalificaron en todo momento este ejercicio.

Con un tercio de las casillas que se instalaron en 2018 –y a sabiendas de que el electorado que salió a votar es mayoritariamente el que tiene simpatía por el presidente–, lo razonable era esperar unos 10 millones de votos (un tercio de los obtenidos en esa histórica elección, en la que AMLO obtuvo 30.1 millones). Pero el presidente obtuvo mucho más que eso: alcanzó 16.4 millones, una participación total equivalente al 17.7% de la lista nominal. Esto es más que los 12 millones 600 mil obtenidos por Anaya en 2018 y los 9 millones 289 mil de Meade.

2.- Morena, el partido-movimiento que comanda López Obrador, ha probado ser una máquina aceitada que funciona y funciona muy bien. Su capacidad para sacar a la gente a la calle está viva y su estructura se muestra bien lubricada. Es claro que dicha estructura está asociada a su carácter de partido gobernante porque de las 10 entidades con mayor participación, seis tienen gobernadores emanados de las filas morenistas. En contraste, de los 10 estados con menor participación, siete son gobernados por la oposición.

Fuente: Cuenta de Twitter @alvarommdeo

Lo mismo se repite en la Ciudad de México, donde se observa que de las ocho alcaldías donde hubo mayor participación, siete son gobernadas por Morena, mientras que de las ocho de menor participación, todas y cada una de ellas las gobierna la oposición. 

3.- Los programas sociales pesan, evidentemente. Según una encuesta de El Financiero, 58% de quienes salieron a votar son beneficiarios de algún programa social (ellos o sus familias). Con todo, este no es el único factor, pues un 41% –nada despreciable– dijeron no ser receptores.

Fuente: El Financiero

4.- La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum es la gran perdedora. El resultado en la ciudad, donde obtuvieron un millón y medio de votos, no es gran cosa. Es menos de lo que obtuvo su rival en 2018, Alejandra Barrales, candidata del PRD (sacó 1.6 millones). Se antoja que la capital es el sitio en el cual resultaría más sencillo movilizar electores. Sin embargo, aparece en el doceavo lugar de participación entre las entidades del país, siendo que había sido el gran polo y referente de la izquierda y el obradorismo en el país. 

En la Ciudad de México no se lograron recuperar los distritos que consiguió la oposición en 2021. Por el contrario, se mantiene la debilidad del obradorismo en media ciudad, como se puede ver en este mapa. Para la jefa de gobierno no hay éxito que presumir. Según algunas fuentes, había prometido 4 millones en el Estado de México y 2 millones en la Ciudad y pidió coordinar a su gobernadores afines, todos los cuales resultaron situarse por debajo de la media nacional. Si acaso, Sheinbaum se beneficia de que el presidente haya salido victorioso y, presumiblemente, de seguir siendo su favorita para la candidatura en 2024.

Fuente: Cuenta de Twitter @alvarommdeo

5.- Adán Augusto López Hernández, es el gran ganador. El secretario de gobernación está detrás de algunos de los mejores resultados obtenidos. Prácticamente operó la mitad de los estados que alcanzaron mayor participación. De las cinco entidades donde estuvo de gira para “promover la reforma energética”, tres tuvieron una gran participación: Su estado y el del presidente, es el que más tasa de participación alcanza, con el 34.5%, siendo el único que se acercó al porcentaje necesario para que la consulta fuese vinculante.  También tuvo buenos resultados en Yucatán (a pesar de ser un estado panista) y en Campeche, donde estuvo recientemente de gira. Solo quedó a deber mejores resultados en Sonora y Coahuila.