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Máynez, Máynez, Máynez

Sorprende la vehemencia –y prepotente ingenuidad—con la que en la recta final de la campaña electoral un conjunto de voces del PRIAN ha comenzado a exigirle a Jorge Álvarez Máynez bajarse de la contienda presidencial.
¿A cuenta de qué tendría que hacer eso el candidato presidencial de MC, cuando no solo tuvo un buen desempeño en el debate, sino que además ha mejorado significativamente su intención de voto, nivel de conocimiento e imagen positiva?
Ahí están los datos: la intención de voto del candidato naranja pasó del 5 al 10%, según el agregado de Polls MX; su tasa de conocimiento pasó del 32 al 62.5% entre enero y abril de 2024, de acuerdo con FactoMétrica, y su imagen positiva creció al menos 7%, conforme reporta Parametría.
El planteamiento de que Máynez debe dar un paso al costado porque le quita votos a Xóchitl es, además, falso. La evidencia más reciente sugiere que, en todo caso, es a Claudia Sheinbaum a quien le he quitado algunos puntos, al capturar a un electorado que no simpatiza con la 4T, pero probablemente tampoco ve bien a una candidata respaldada por el PRIAN, crecientemente pendenciera.
Uno puede o no simpatizar con Jorge Álvarez Maynez (personalmente me parece un candidato infinitamente más presentable que Samuel García y menos antipático que otros jerarcas de MC, como Dante Delgado o Enrique Alfaro), pero no se puede negar que ha hecho una buena campaña, incluso a pesar de lo mal que empezó.
Partiendo de que es un candidato marginal de un partido minoritario, su estrategia está funcionando. Parametría muestra que, después del debate, 15% de los encuestados cambiaron de opinión sobre su candidato. De ese porcentaje, 53% lo hizo con relación a Máynez, 92% de ellos de forma positiva.
Ciertamente, la estrategia de crecimiento de Movimiento Ciudadano y su candidato presidencial le deben mucho a un grupo de talentosos consultores que promueven una comunicación frívola, pero efectiva, que ha logrado viralizarse, hacerse pegajosa y conseguir una buena penetración, especialmente entre los jóvenes. Aún sin el producto Samuel García, el equipo pareciera haber demostrado que la estrategia –más que el candidato– resultó ser lo importante.
Pero también es cierto que, conforme Máynez logra darse a conocer, hay un electorado que lo voltea a ver con simpatía; que escucha a un personaje articulado y con propuestas sensatas (a pesar del bochornoso espectáculo del estadio y la metida de pata en el tema Bukele), que puede vender la idea de ser una figura ajena a la partidocracia, e incluso que es respetado por un sector de la intelectualidad y la academia que está descontento con la 4T.
No votaré por Movimiento Ciudadano, pero celebro que exista una tercera opción política capaz de interpelar, como creo que lo hace Máynez (más que otras figuras de su partido en estados como Jalisco y Nuevo León) a un sector de la clase media urbana que simpatiza con el progresismo, que no ve con malos ojos las conquistas sociales de la 4T, pero que tiene preocupaciones, especialmente en el ámbito político.
Un balance de lo ocurrido


Es lamentable ver cómo después de la derrota del pasado 05 de junio, algunos opositores sigan en el autoengaño de pensar que van por buen camino. Particularmente triste fue ver el video de Santiago Creel presumiendo que habían ganado las elecciones (https://bit.ly/39aFEBS). Esto es sólo una muestra del terrible estado en el que se encuentra la oposición en México.
La situación ya es preocupante. Por más que pueda ser satisfactorio ver a la oposición en la lona, lo cierto es que no le hace bien a México tener opositores de esta calidad. Por eso, decidimos salir a buscar a la oposición perdida y sentamos en el diván a varios de los pocos opositores que se atreven a hacer una autocrítica, además varios analistas políticos, y nos compartieron varias reflexiones interesantes para el programa de El Octágono que se transmitirá hoy en la noche por La Octava.
Por ejemplo, Blanca Heredia nos dijo que la oposición ha subestimado una y otra vez a López Obrador, incluso que hay una renuncia a tratar de comprender lo que significa como figura política por una especie de soberbia que prima en ciertos opositores. En esto coincide Lorenzo Meyer, quien destaca además que es sorprendente que no comprendan a la figura de López Obrador, tomando en cuenta que es un personaje que lleva más treinta años en la escena política nacional.
Además, muchos criticaron el amlocentrismo de la oposición, esa obsesión por pasarse todos los días discutiendo lo que dice el presidente en sus mañaneras. Uno de ellos fue el senador panista Gustavo Madero, para quien es preocupante la falta de una agenda de la oposición. También el senador Germán Martínez lamentó el “seguidismo” en el que caen varios opositores al ir detrás de todo lo que dice Amlo. Javier Corral fue otro panista crítico que señaló lo predecible que es la oposición al caer redondita en las estrategias del presidente.
Este amlocentrismo ha contribuido a que la oposición no tenga una agenda propia y que sólo se opongan a todo lo que dice López Obrador, como recientemente quedó demostrado con la moratoria constitucional de Va por México para bloquear cualquier cosa que venga del ejecutivo. A todo le dicen que no, pero ¿a qué le dicen que sí? Esta falta de proyecto y de agenda fue señalada –junto con la falta de liderazgos– como uno de los principales problemas de la oposición por analistas como René Delgado, Jesús Silva-Herzog y el periodista Jesús Escobar, pero también por políticos como Dulce María Sauri Riancho, Pedro Kumamoto, Corral, Gustavo Madero, entre otros.
No pudimos evitar preguntarles por la utilidad de la alianza Va por México para los partidos de la oposición. Las reflexiones fueron de lo más interesantes. Para algunos de nuestros entrevistados, como Cecilia Romero, Blanca Heredia, Sauri Riancho y Cecilia Soto, la alianza ha sido muy útil para los partidos que la integran. Para otros como Leonardo Curzio, Gustavo Madero y Lorenzo Meyer, hay ciertos logros de la alianza –como algunas victorias en las elecciones e impedir que Morena tenga la mayoría calificada–, pero es insuficiente porque no se va más allá. Para otros el saldo es negativo, porque Va por México sólo ha servido para fortalecer la narrativa de López Obrador de que el PRIAN siempre ha existido y que todos los partidos son lo mismo.
Coincido con este último punto, pero además considero urgente que los partidos opositores dejen de aferrarse a la alianza Va por México y a los pocos buenos resultados que ha tenido para evitar hacer una profunda autocrítica. Los mediocres triunfos de Va por México sólo han servido para que los partidos que integran la alianza no toquen fondo, eviten una reconstrucción a fondo de sus partidos y al final todo siga exactamente igual. La alianza se ha vuelto su zona de confort.
Hoy a las 8:30 de la noche, en la Octava, podrán escuchar estas y más opiniones sobre el estado de la oposición en México y qué se puede hacer para tratar de sacarla del letargo en el que se encuentra.(https://bit.ly/3tvDzr3).





