Hernán Gómez Bruera
Desde que el presidente López Obrador presentó su iniciativa de reforma eléctrica, el PRI se posicionó como el partido clave para aprobarla. Sus 77 diputados son el factor que puede dar a Morena y a sus aliados la mayoría calificada necesaria para pasar esta y cualquier otra reforma constitucional en lo que queda del sexenio.
Ante la apertura de un sector del PRI a debatir y negociar la iniciativa, los distintos actores políticos reaccionaron airadamente. Por un lado, recordaremos que AMLO les exigió definir si están con los expresidentes Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos o si siguen el camino neoliberal de Carlos Salinas de Gortari. Por otro lado, panistas como el senador Damián Zepeda y el diputado Jorge Romero afirmaron que la alianza opositora Va por México se terminará si el tricolor vota a favor de la reforma eléctrica.
Ciertamente, parece un escenario complejo para el Partido Revolucionario Institucional. ¿qué podría ganar el PRI a cambio de otorgar sus votos para aprobar la reforma eléctrica?
En primer lugar, algunos priistas estarían dispuestos a seguir el juego a Morena a cambio de impunidad. Se dice, por ejemplo, que el presidente nacional del tricolor, Alito Moreno, estaría dispuesto a votar a favor de la reforma a cambio de que el nuevo gobierno de Layda Sansores no revise con demasiada atención las cuentas que dejó en su periodo como gobernador de Campeche.
Otro beneficio que podría obtener el tricolor es la destitución del director general de la CFE, Manuel Bartlett, para poner en su lugar a un priista. Según Mario Maldonado, el tricolor exigiría que en ese puesto se nombrará al gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat.
Por lo tanto, a pesar de que el presidente López Obrador negó el pasado 9 de octubre la posibilidad de que haya “monedas de cambio” con el PRI para impulsar la reforma eléctrica, la realidad es que el partido tricolor no va a otorgarle sus votos al presidente de forma gratuita. There is no free lunch, como dicen en Estados Unidos. No hay almuerzo gratuito.
Tampoco es probable que el PRI vote en bloque esta iniciativa. El 13 de octubre, El Universal señaló que 16 diputados federales priistas van a rechazar la reforma presentada por el presidente. El voto en contra de estos legisladores dejaría a morena y sus aliados con 333 de los 334 votos necesarios para aprobar la iniciativa. El escenario está muy complicado. Haca falta lograr que la mayor parte de los priístas voten a favor de esta reforma y eso no se antoja sencillo.
El PRI, por tanto, se encuentra en una posición estratégica tras la elección intermedia de este año. El partido que creíamos que era una conjunto de tiranosaurios en extinción, hoy es clave porque los diputados y senadores de esa fuerza política serán fundamentales para aprobar las reformas constitucionales en materia energética, tan importantes para este gobierno.
No está claro cuál será el desenlace de esta historia. Lo que sí podemos anticipar es que el PRI venderá muy, pero muy caro su amor al obradorismo. Aunque digan que van a hacer foros y parlamentos abiertos para disimular y no parecer tan burdos, lo que realmente van a hacer es buscar obtener el mayor beneficio político posible. Seguramente utilizarán todo su poder de chantaje para darle su apoyo al presidente, si es que eso ocurre.