Hernán Gómez Bruera
El jueves en la noche, hubo una gran sorpresa en redes sociales ante ese comunicado que apareció en la cuenta del gobierno de México. Evidentemente estamos ante un documento visceral, poco cuidadoso y cuyo tono parece inadecuado para una comunicación oficial.
Sin embargo, el tono de la carta se puede entender después de conocer el documento del Parlamento Europeo y las participaciones de los eurodiputados. Como bien señala, Violeta Vázquez Rojas en su excelente columna de esta semana (https://bit.ly/3tX1wa1), muchos de los diputados europeos se expresaron desde la más profunda ignorancia frente a la realidad mexicana.
Rojas pone el ejemplo del representante rumano, Nicolae Stefanuta, que en su participación aseveró: “México está lanzando una guerra contra la verdad, matando periodistas y a los defensores de derechos humanos.” O la diputada sueca Evin Incir, quien sin empacho alguno llamó al Parlamento Europeo a “Reforzar el apoyo a estos periodistas y activistas y a todos aquellos que están en estos momentos sufriendo a manos del gobierno mexicano”.
Después de conocer estas declaraciones, no queda la menor duda de que no saben de qué están hablando.
Más allá de participaciones aisladas de algunos eurodiputados, hay muchos elementos para criticar la resolución del Parlamento Europeo. Particularmente donde afirma: “Considerando que el presidente López Obrador ha utilizado con frecuencia una retórica populista en las conferencias de prensa diarias para denigrar e intimidar a periodistas independientes, propietarios de medios de comunicación y activistas”.
Incluso más adelante, cuando la resolución habla de las “duras y sistemáticas críticas formuladas por las más altas autoridades del gobierno mexicano contra los periodistas y su labor” y condena “los frecuentes ataques contra la libertad de los medios de comunicación y contra los periodistas”.
Es claro que los parlamentarios europeos adoptan el mismo discurso de la oposición mexicana y llevan su crítica al presidente a un plano personal. Es cierto, López Obrador critica a medios y periodistas, pero ¿acaso los periodistas podemos criticar pero no ser criticados? ¿Acaso el presidente no puede responder a los señalamientos de los comunicadores?
Vincular el tema de la violencia a los periodistas con los señalamientos del presidente a algunos de ellos es francamente una manipulación muy perversa.
Todo eso es una exageración. Realmente este comunicado está fuera de toda proporción, es una postura desinformada, tendenciosa y tramposa. En ese sentido creo que la molestia de López Obrador frente al comunicado es entendible.
No hay que descartar la hipótesis de que el pronunciamiento tenga como verdadero telón de fondo la cuestión energética, y que las presiones de los eurodiputados busquen frenar esta importante reforma
Hay que recordar que ya en diciembre del año pasado, la Unión Europea manifestó su preocupación por esta reforma. Gautier Mignot, su embajador en México, declaró que las empresas multinacionales de energía “vivían momentos de incertidumbre” por el impulso a la reforma (https://bit.ly/34FCELp). También el embajador alemán declaró el 9 de marzo que es más probable que la reforma eléctrica afecte las inversiones de Alemania en México que el conflicto con Ucrania (https://bit.ly/3i8DsLT). De sobra conocemos también los intereses de empresas españolas como Iberdrola, Naturgy y Repsol, entre otras.
Es más, un eurodiputado español, Francisco José Millán Mon, del derechista Partido Popular habló del tema energético cuando estaban discutiendo sobre la situación de los periodistas. Como lo recuperó Violeta en su columna, este diputado dijo: “No hay seguridad para las personas, tampoco hay seguridad jurídica para las empresas. Esta carencia la sufren, por ejemplo, las inversiones extranjeras en el sector eléctrico, entre ellas, empresas europeas”. ¿Qué tiene que ver el tema de los periodistas con lo energético? No es casual que haya dicho esto en ese contexto.
Habría que analizar e investigar con mayor profundidad cuál es la relación de miembros del Parlamento Europeo con empresas multinacionales del sector energético, más aún en un contexto como el actual donde el conflicto entre Ucrania y Rusia ha elevado el costo de la energía en el viejo continente.
Sin duda hay muchos intereses internacionales que a veces impiden ver el cuadro completo. Por supuesto que no se trata de restar importancia al tema de la violencia contra los periodistas de a pie. En todo caso, es el propio Parlamento Europeo quien trivializa el asunto al abordarlo con tanta ligereza y de forma tan oportunista.