Las imágenes de Emilio Lozoya que vimos este fin de semana han puesto seriamente en duda la gestión del primer fiscal general, Alejandro Gertz Manero, sobre quien pesa ya una larga serie de cuestionamientos. Vale la pena un apretado recuento de algunos de los acontecimientos más polémicos.
El primer caso en el que actuó de manera cuestionable fue, precisamente, el de Emilio Lozoya, quien a más de 15 meses de su detención no ha otorgado mayores pruebas de corrupción por el caso Odebrecht contra sus jefes directos (Peña Nieto y Luis Videgaray). Recordemos también que el inculpado ha aplazado su proceso en cinco ocasiones con el argumento de que se encuentra “recabando datos de prueba”.
Hasta ahora, solo el exsenador panista José Luis Lavalle ha sido detenido a raíz de esta investigación, en la que parece que el exdirector de Pemex ha logrado dar largas a la justicia mexicana y ser tratado de manera privilegiada.
Este caso se suma a una larga serie de críticas al fiscal. Recordemos que en octubre de 2020, Alejandra Cuevas y Laura Morán (de 94 años) fueron detenidas por el presunto homicidio por omisión de Federico Gertz Manero, hermano del fiscal. Este presunto homicidio ocurrió en octubre de 2015 y, un año después, el caso fue archivado por la entonces PGR. Aun así, y a pesar del evidente conflicto de interés que esto implicaba, el actual titular de la Fiscalía decidió reabrir la investigación, lo que ha mantenido a Alejandra Cuevas en prisión desde entonces.
Estos son ejemplos del uso faccioso que ha dado Gertz Manero a la Fiscalía General de la República y de cómo ha empleado a las instituciones de procuración de justicia para impulsar sus intereses personales. Realmente hay que prestar especial atención a la forma en que la Fiscalía ha desarrollado estos casos, porque hay serias dudas respecto a los posibles conflictos de interés del fiscal en muchas investigaciones.
El 25 de septiembre, por ejemplo, la revista Proceso publicó un artículo titulado “La casa secreta de Gertz Manero”, donde revelan que la Universidad de las Américas compró una casa en las Lomas de Chapultepec en 2012 (cuando Gertz era el rector) por 4 millones de pesos. Después, la UDLA entregó el inmueble al actual fiscal como parte de un supuesto adeudo. Es decir, el fiscal compró una casa con dinero de la universidad, para posteriormente transferirse a sí mismo la propiedad.
Gertz Manero también ha sido cuestionado por el caso de los 31 científicos de Conacyt acusados de delitos sumamente graves: realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita, peculado, lavado de dinero y hasta delincuencia organizada. Dos jueces federales rechazaron conceder las órdenes de aprehensión en contra de los investigadores porque encontraron “inconsistencias importantes en el caso”.
No cabe duda de que Gertz Manero es un personaje que se caracteriza por usar de forma facciosa a las instituciones, por construir casos con profundas inconsistencias y marcados por el interés personal. Incluso desde la 4T han empezado a surgir críticas hacia el fiscal. Para muestra, tan solo hace unos días el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, dio “me gusta” a un tweet que pedía la renuncia de Gertz “por el bien de México”.
Cada vez surgen mayores cuestionamientos al papel de Gertz Manero en la Fiscalía. Su uso faccioso de las instancias de justicia para impulsar intereses personales, sus conflictos de interés y la falta de resultados en las investigaciones por corrupción contra integrantes del gobierno anterior han llenado de dudas su gestión en la FGR. ¿Hasta cuándo será sostenible su permanencia en el cargo?