El empresariado inconsciente

 

Una de las razones que explican la emergencia de los primeros estados de bienestar en Europa Occidentales que las élites de esas naciones fueron capaces de desarrollar una conciencia social.

Antes que desinteresada generosidad, el hecho crítico es que a finales del siglo XIX esas élites se dieron cuenta de que —incluso para garantizar su propia supervivencia— era imperioso asumir responsabilidades para mejorar la vida de los más pobres.

Solo así, esa clase dirigente podría prevenir el contagio de enfermedades, evitar sublevaciones o alejarse de la violencia, al mismo tiempo que beneficiarse de la creación de un mercado de consumo doméstico más robusto.

Nuestras élites admiran al mundo desarrollado, pero están muy lejos de semejante visión. Buena parte de ellas han vivido desvergonzadamente despreocupadas ante la realidad que le rodea y todavía alimentan la fantasía de que lo que pueden vivir bien en una sociedad donde la mayoría vive tan mal.

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